La importancia de ODF y la respuesta de Microsoft con OOXML (i)
Los estándares abiertos para documentos están teniendo un especial protagonismo durante los últimos tiempos. Casi a diario aparecen noticias sobre la evolución del proceso de estandarización del formato de Microsoft OOXML (ver post de Enrique Dans al respecto) o sobre la evolución de Open Document Format (serie de tres artículos en eWeek 1, 2, 3).
Como en todos los ámbitos de la vida, hay defensores y detractores de todas las posturas y, aplicado al caso específico que nos atañe, de las dos principales propuestas. El problema con el que me encuentro es la dificultad de comprender el alcance de este debate y sus posibles implicaciones. Por ello, y tras intentar informarme de lo que está sucediendo buscando diversas fuentes, voy a intentar presentar la situación como yo la entiendo. Quiero decir de antemano que no sólo voy a poner hechos sobre la mesa, sino que voy a exponer el tema como lo entiendo, intentando dar mi opinión sobre el mismo.
Cómo éste es un tema largo, no voy a intentar abarcarlo en un único post, sino que trataré de hacerlo por estapas, también para darme tiempo a revisar el feedback que pueda dejar el lector y tratar de corregir errores o malentendidos.
Mis objetivos de esta serie serían comprender los siguientes puntos:
- ¿Por qué es importante un formato de documento abierto y estándar?
- ¿Cómo son las dos principales propuestas existentes en la actualidad: ODF y OOXML?
- ¿Cuál es la situación actual de cada una de las dos propuestas?
- ¿Cómo afecta todo esto al peso que pueden ganar las alternativas a la suite ofimática de Microsoft Office?
Los formatos de documento abiertos y estándares tienen un objetivo muy sencillo: crear un formato público de archivo, junto con su documentación, que permita a cualquiera desarrollar un software para interpretar o crear estos archivos sin tener que pagar una licencia a cambio. Por tanto se trata de crear un “manual” que permita, por un lado, saber cómo se debe grabar un archivo para que se pueda leer por otro programa de manera que se muestre igual que el original y, por otro, entender cómo se debe mostrar lo que pone en un archivo para que sea fiel al original.
¿Por qué es importante esto? Porque evita dos importantes riesgos:
- El famoso vendor lock-in. Básicamente consiste en la vinculación que se establece entre el usuario de un producto y el proveedor del mismo, de manera que por las características del producto o servicio, al usuario le es muy complejo el cambio de proveedor. Esta complejidad viene derivada principalmente de costes de cambio. En el caso que estamos viendo, si los formatos de archivo son propietarios, su funcionamiento no está a disposición de otros desarrolladores. Por tanto, si cambiamos de software corremos con el coste de que la historia personal o de la compañía grabada en ese formato, queda de acceso limitado ya que el nuevo software que usemos no podrá interpretar exactamente esos archivos. Otro ejemplo claro de esto serían los accesorios para teléfonos móviles, especialmente los cargadores en el caso de Nokia. Durante muchos años, todos los Nokia usaban cargadores con el mismo conector. Cuando tenías que cambiar de móvil, cobraba un importante peso en la decisión del nuevo modelo el poder aprovechar la multitud de cargadores de casa y de coche que ya habías adquirido para el modelo a jubilar. Respecto al vendor lock-in, Iñaki Silanes tiene un buen artículo (en inglés) en el blog handyfloss.
- La imposibilidad de leer en el futuro archivos que por tener un formato cerrado, y por haberse discontinuado dicho formato, se ha perdido la “capacidad de comprenderlos”. Esto de hecho ha pasado más de una vez. Como ejemplo sencillo, aunque los programas actuales de tratamiento de textos tienen conversores para programas antiguos, como podría ser Lotus Amipro o Wordperfect, al tratarse de formatos propietarios, la conversión puede presentar problemas.
¿Cómo afecta la proliferación de formatos de archivos propietarios a los usuarios finales, principalmente empresas y particulares?
La respuesta es sencilla, si un desarrollador de software tiene a sus clientes cautivos porque han grabado en su formato, que ninguna otra empresa puede leer con 100% de fiabilidad, todo el trabajo desarrollado hasta la fecha, tiene una posición de fortaleza frente a otras soluciones. Esta posición es además más fuerte a medida que el volumen de información en este formato crece, y también a medida que los otros actores que tienen relación con el cliente también usan los mismos formatos. ¿En qué se puede traducir esta posición de fuerza? En una reducción de la competencia y un mantenimiento del nivel de precios cercano a lo que podría ser un monopolio. En el caso de Microsoft, estas fuerzas han llevado a la situación actual es la que Microsoft Office 2007 realmente compite con Microsoft Office 2003. Por tanto, los esfuerzos que hace ahora Microsoft de innovación, van dirigidos a “justificar” el upgrade de una versión a la siguiente, ya que la competencia que le plantean otras suites es muy limitada.
Por tanto, y para terminar este primer post de la serie, vemos que la aparición de un formato de archivo estándar y abierto es muy importante para “liberalizar” el mercado.
December 6th, 2007 at 19:21
Estupendo post. Es largo, pero no demasiado, y se lee fluidamente.
¡Y gracias por enlazar a mi blog!